Úrsula Segoviano
Cuídate +
Consejos para evitar secuelas en los ojos durante la noche de San Juan
Una de cada cuatro urgencias oftalmológicas en la celebración se debe a accidentes con petardos

La Noche de San Juan es sinónimo de fuego, fiesta y tradiciones populares, pero también lo es de un repunte en las urgencias oftalmológicas por el uso inadecuado de material pirotécnico. Cada año, centros como el Hospital CIMA de Sanitas Barcelona atienden numerosos casos de lesiones oculares, desde irritaciones leves hasta perforaciones que pueden comprometer la visión de forma permanente.
"Durante esta fecha concreta, observamos un incremento muy significativo de accidentes oftalmológicos. En torno a una de cada cuatro de las urgencias están relacionadas con la pirotecnia y, en la mayoría de los casos, podrían haberse evitado con unas mínimas precauciones", explica la Dra. Julieta J. Stefani, del Servicio de Oftalmología del Hospital CIMA de Sanitas Barcelona.
Lesiones más comunes
Las lesiones más comunes afectan a la córnea, la conjuntiva y los párpados, ya sea por quemaduras, cuerpos extraños o traumatismos directos. Pero los casos más graves pueden incluir laceraciones profundas o estallidos oculares que pueden requerir cirugía de urgencia. La estadística también pone el foco en un hecho preocupante ya que en torno a la mitad de los afectados no manipulan directamente los petardos y son simplemente observadores. Además, muchos son menores de edad.
"El ojo es extremadamente sensible a las partículas a alta velocidad, como las que se generan al detonar petardos. En algunos casos, vemos material incrustado en la córnea o incluso pérdida parcial de la estructura del globo ocular" advierte J. Stefani.

Para disfrutar de la verbena sin poner en riesgo la salud ocular, el equipo de oftalmología del Hospital CIMA de Sanitas Barcelona destaca una serie de medidas clave:
- Supervisión activa: los niños no deben encender petardos, ni siquiera los de apariencia más inofensiva como bengalas. Siempre debe haber un adulto presente.
- Usar protección ocular: as gafas protectoras,incluidas las de piscina, pueden evitar la mayoría de las lesiones graves. Se trata de una medida sencilla pero muy eficaz.
- Elegir productos autorizados: es fundamental comprar pirotecnia en puntos de venta oficiales y seguir las instrucciones del fabricante, prestando atención a la edad mínima recomendada.
- Evitar prácticas peligrosas: nunca se deben encender petardos cerca de la cara ni lanzarlos a otras personas, así como manipularlos si no han explotado a la primera. En este sentido, lo correcto es mojarlos y desecharlos sin intentar reencenderlos. Además, no se deben encender petardos dentro de botellas ni otros recipientes cerrados ya que, al explotar, las partículas pueden actuar como proyectiles y lesionar el ojo.
- No combinarlos con alcohol: la pirotecnia y el consumo de alcohol son una mezcla peligrosa que aumenta el riesgo de imprudencias.
Actuar con rápidez
En caso de sospecha de lesión ocular, es fundamental actuar con rapidez y sin improvisaciones. En el caso de las lesiones leves, que suelen producir una sensación de cuerpo extraño por pequeñas partículas de material pirotécnico, se recomienda:
- Lavar con suero fisiológico abundante.
- No tocar, frotar el ojo, ni intentar retirar cuerpos extraños, ya que puede agravar la inflamación o provocar lesiones corneales.
- No aplicar productos sin indicación médica ni usar colirios ni pomadas hasta ser evaluado por un oftalmólogo. Algunos colirios pueden enmascarar signos o empeorar la situación.
- Acudir a un especialista: un oftalmólogo experimentado examinará el ojo en la lámpara de hendidura y, con anestesia tópica, podrá retirar los restos de partículas sin provocar ningún daño.
Si la leisón es grave:
- Proteger sin comprimir: cubrir el ojo suavemente con una gasa estéril o un protector, evitando toda presión, ya que podría estar perforado.
- Acudir de inmediato a urgencias: cualquier lesión ocular por pirotecnia es una emergencia médica. En este sentido, la rapidez puede marcar la diferencia entre conservar y perder la visión.
- El sentido común y la protección ocular son nuestras mejores herramientas para evitar problemas durante una noche que debería ser de celebración. Con solo cambiar unos hábitos, podemos evitar consecuencias irreversibles”, concluye J. Stefani.